Es por todos sabido que en la Plaza de Santo Domingo, particularmente en el “Portal de los Evangelistas”, espacio emblemático en el cual se encuentra Domingo Santo, proliferan aquellos individuos que gozando de una habilidad extraordinaria, ya sea de nacimiento o adquirida mediante conocimiento empírico heredado por más de cinco generaciones, se convierten en verdaderos artistas y reproducen o “clonan” como a ellos les gusta decir, identificaciones, títulos profesionales, licencias gubernamentales, recibos fiscales y todo tipo de documentos oficiales.
La leyenda cuenta que el revolucionario comunista Fidel Castro, fue uno de los múltiples clientes satisfechos de esta práctica ilegal, al obtener en el “Portal de los Evangelistas”, al pie de una de las entradas de la actual cafetería de Domingo Santo, los pasaportes que le permitieron viajar, durante su exilio, para juntar, planear y organizar a la tropa de guerrilleros que lo acompañaron en su regreso a Cuba.